Hispanos: Lo Mismo No Sirve Para Todos

Esta es la reproducción de un artículo de Newsweek escrito por J. Lester Feder y publicado el 6/08/10

http://www.newsweek.com/2010/06/08/hispanos-lo-mismo-no-sirve-para-todos.html

En las campañas de promoción de la salud, la diversidad es un factor esencial para acercarse a la comunidad Latina. Esta es una de las claves con las que trabajan varias organizaciones.

Los niños que miran el guiñol de la campaña de nutrición del Centro de Salud para Hispanos en Hartford, Conn, escuchan diálogos como éste:

-Soy de México y me gustan la fruta y las verduras– dice el muñeco número 1.

-Llevo aquí mucho tiempo y ya no me gusta comer lo que comía en Puerto Rico– contesta el muñeco número 2.

La directora de HHC, Jeannette DeJesus, explica que este show educativo de nutrición está basado en un estudio realizado entre la población que atiende este centro, según el cual se ha demostrado que “cuanto más tiempo estás en este país, peores son tus hábitos alimenticios”. Pero el estudio también probó que los malos hábitos alimenticios son distintos dependiendo del lugar de procedencia de los encuestados. Sólo el 10% de los latinos que atienden en Hartford son de origen mexicano y en su mayoría son inmigrantes que han llegado hace poco tiempo. El estudio de HHC descubrió que este subgrupo es más proclive a incluir alimentos frescos en su dieta que los inmigrantes de Puerto Rico, cuya presencia es mayoritaria en la zona que atiende Hartford, un lugar donde viven desde hace décadas.

Dado que los latinos representan hoy el 15% de la población de Estados Unidos, se está llevando a cabo un considerable esfuerzo en las campañas de salud para llegar hasta este sector, la llamada comunidad hispana. (Aunque algunos miembros de este grupo a veces prefieren ser denominados Latinos en vez de Hispanos o viceversa, estos dos términos son, en líneas generales, intercambiables y se refieren a la población estadounidense originaria de Latinoamérica). Lo cierto es que debido a la diversidad que caracteriza a la comunidad hispana, para que las campañas y los planes sean realmente efectivos, deben estar dirigidos específicamente a las diferentes subcomunidades latinas. Saber que alguien es hispano no aclara que lengua habla esa persona, qué régimen alimenticio sigue o dónde nació.

La mayoría de los Latinos (61.9%) han nacido en USA. Sus familias emigraron aquí procedentes de más de 20 países con climas, geografías y paisajes étnicos distintos. Esto no sólo significa que tienen distintas costumbres, sino que también tienen distintos rasgos genéticos lo que les puede hacer más proclives a determinadas condiciones médicas. En los Estados Unidos es probable que muchos ni siquiera hablen ya español. Tal y como apunta la Doctora Maria Rosa del Instituto Hispano de Salud del Consejo Nacional La Raza(NCLR), la diversidad de los latinos es algo obvio para organizaciones que como HCC trabajan directamente con este grupo poblacional. Sin embargo ella dice que “ en la sociedad en general, la falta de concienzación sobre estas diferencias” complica su trabajo. “Cuando necesitas apoyo y ayuda es muy difícil convencer a determinados grupos (donantes de fondos) de la necesidad de financiar iniciativas que sean efectivas culturalmente y apropiadas en términos lingüísticos. A menudo piensan que si es en español sirve para todos”.

El instituto que dirige Rosa trabaja con comunidades por todo el país en colaboración con 300 grupos afiliados. Su método consiste en entrenar a promotores de salud dentro de las propias comunidades en las que trabaja. Antes de que un programa sea implementado, NCLR prepara con estos promotores intervenciones que tengan eco y buena acogida con el grupo demográfico específico con el que trabajarán. Los dominicanos son quienes mejor saben comunicarse con los dominicanos, los guatemaltecos con los guatemaltecos, los latinos nacidos en USA con latinos que también nacieron en USA. Esto permite garantizar que los trabajadores en temas de salud “hablan la misma lengua” que la gente a quien atienden. “Cuando decimos ‘lengua’ no estamos simplemente hablando del español. Nos referimos a palabras determinadas, a costumbres determinadas, que un subgrupo [hispano] puede tener”, clarifica Rosa. Esto a veces también implica usar el inglés cuando resulte apropiado: muchos latinos nacidos en USA se sienten más cómodos hablando en inglés y algunos no hablan nada de español.

Dado que la mayoría de los latinos en USA proceden de México (casi dos de cada tres), las campañas de salud a nivel nacional a menudo contienen matices que dificultan su uso en comunidades procedentes de otros lugares. “Lo que normalmente se aprecia en las campañas a nivel nacional es que tienden a estar orientadas a los mexicanos. Ese tipo de matices no acaban de funcionar en el Noreste de USA, una zona [cuya comunidad hispana es de ascendencia]mucho más caribeña”, explica Wilson Camelo, de la firma de marketing hispana Bauza and Associates.

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Por ejemplo, al diseñar un folleto para una campaña de HHC, destinada a la promoción de vales de comida entre las familias mayoritariamente puertorriqueñas a las que atienden, Bauza no pudo encontrar una foto apropiada para ilustrar el tema de familias latinas y comida. O estaban hechas en cocinas lujosas o tenían un aire de “fiesta mexicana”. Su firma finalmente decidió usar una foto de una madre con una niña en una cocina de diseño y borraron los detalles del fondo. Para los anuncios de la radio contrataron a actores con acento puertorriqueño y subrayaron que los vales de comida sirven para comprar alimentos típicos de la dieta caribeña como el arroz y los frijoles. Las tortillas, una comida típica mexicana que aparece a menudo las campañas a nivel nacional no fueron mencionadas en estos anuncios.

Los educadores hispanos insisten en que este enfoque dirigido a comunidades específicas es la única forma de verdaderamente mejorar los resultados. Pero como apunta desde HHC DeJesús, el deseo de alcanzar una respuesta “económica y eficiente” para cualquier problema de forma inmediata hace que cada vez sea más difícil asegurar la financiación para este tipo de trabajo tan esencial. “La realidad” dice DeJesus, “es que estamos tratando con gente, con mucha gente muy distinta”.

Feder es un escritor freelance residente en Washington, D.C, y un investigador de George Washington School of Public Health.

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